-RECUERDOS UNIVERSITARIOS-
Cuando se recuerda el tiempo vivido
en UCV se parece mucho al despecho, ese despecho de novios, no se exactamente
lo que pasa con la UCV, serán las guacamayas pasando a las 5 de la tarde, lo
que le da ese aire de paraíso del que no queremos salir, o será el vaso de
chicha siempre bajo el Reloj. Realmente no se pero está clarito que este
sentimiento de pronto exilio se parece mucho al despecho.
Como habitantes de un país diminuto
que diseño Villanueva, ser ucevista es mucho mas que llegar a clases tarde
porque otra manifestación trancaba el paso o asumir con confuso sentimiento que
el comedor aun cuesta Bs.2.
Ser Ucevista es también llenarse de
una responsabilidad muy grande de ser
imagen y referencia obligada a quienes nos preceden y creer que después de
clases es a nosotros los que nos corresponde guiar al país.
Las Historias que guardo de esa casa
que vence la sombra, no han ocupado celebraciones patrias, ni días festivos,
menos obituarios y notas fúnebres, cada cual defiende su historia o recuerdos
vividos en la UCV. Podría decir que me perdí la solemnidad empaltosada de los estudiantes de derecho, me
divertí con la pinta inconfundible de los estudiantes de de arte, la pose
perfecta de los pichones de odontólogos, nunca jugué truco con alguien de ingeniería, ni con mis
profesores de auditoria.
Me llevo en mi morral el verde de la
grama húmeda, el olor y la seriedad de la biblioteca central, el café o
refresco donde el Sr. Ramón, la vista de la ciudad, desde los techos de los estadios
universitarios, la emoción de escuchar tu nombre y los aplausos en el Aula
magna cuando recibes lo tanto soñaste al ingresar; el miedo de las bombas
lacrimógenas de los jueves, la solidaridad de los compañeros, la valentía de
muchos, el verbo trasnochado de otros cuantos y la sensación de deja vu que te produce el pisar tu tierra; es mas me
llevo esa brisa que corre en la escuela de administración cuando llegamos pro
primera vez y te da la bienvenida…
Ya no culpo a quienes pasan hasta 15 años haciéndole trampas a la
vida para quedarse entre los pasillos acostándose en la tarde en tierra de
nadie, para ver como amantes se besan sin percatarse que el principiante de
saltimbanqui novato que podría fallar en
su próximo intento.
Sabios compañero ucevistas eternos
que han preferido las empanadas con olor a queso y el carnet vencido a saltar
al mundo real que eso ya es otra cosa.
Hablar de la UCV no es fácil, y
perdonen si suena cursi o a novela de la noche, pero graduarse es como decirle
adiós a un amante muy querida que nos vio crecer y convertirse en gente hechos
y derechos, unos mas derechos que otros, o mas torcidos que derechos pero
bueno. ¿y que mas queda? Cuando el gran aula magna cierra sus puertas y nos
dice adiós… Solo gracias ha sido un placer, espero verte algún día…
Lic. Edvel Blanco
Administrador –
Profesor
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